...entre teclas encontré mis lágrimas escondidas. Resulta que tenían banda sonora. Con las ganas- de
Zahara ¿no te suena, verdad? Es mi canción destacada para explotar y poder
inspirarme entre penurias. Sacar esos sentimientos que ni yo misma entiendo por
qué se refugian en mi. Deslizándome, casi surfeando, entre líquido con esencia
de dolor. Me contaron que tenía una especie de sabor salado. No les creí, tan
incrédula como siempre, quise arriesgar a probarlo en primera persona. Necesité llorar para sentir, y sentirme cerca del final. Un final que no encuentra principio. Un principio de algo que nunca tuvo que pasar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario