Aléjate de mi.
Te lo gritaría pero no pienso hacerlo, porque pese a todo
te tengo respeto y no solo eso, sino cariño. Ése que se queda guardado
en el fondo del corazón y solo lo quieres eliminar cuando realmente te
hace daño terrible una persona. Pero al parecer yo aunque sufra, tú
mucho no has hecho, por lo tanto sigue ahí bajo llave, aunque muchas
veces por estar tan hondo, lo obvio. Digo que no has hecho mucho porque
efectivamente me echaste al olvido, quiero decir, no luchaste. Te
importe sí, pero ahí se quedó porque demostrar como tal, lo mínimo.
Cuando las cosas se complicaron, cuando viste las señales de alarma:
directamente cambiaste de dirección y no me dejaste tiempo para
reaccionar e irme contigo, no. Yo me quedé esperando, pensaste que tu
felicidad era sin mi y que lo más justo era seguir para que yo a su vez
pudiese continuar. Creo que no llegaste a pensar en lo muy importante
que llegaste a ser para mi, en que todas las fichas que aposté por
primera vez en alguien, fueron por ti. Te apuraste mucho en una solución
rápida y sencilla, pero que al fin de cuentas fue la que más dolió. No
solo te lo digo yo, te lo dice tu propio corazón. Y puede que tú
siguieras e intentaras gritar que todo te daba igual, pero casualmente
no te salió la voz de la mentira. Intentaste ocultarte, pero cuando yo
más me acercaba a tu rincón traía más dolor, más recuerdos, aromas,
caricias… A lo que le llamaste “castillos en el aire”, los cuales hubo
un momento en el que recuperaste la cordura y dijiste que los querías,
pusiste un poco de valor para construirlos, para no destrozarlos. Aunque
al final de cuentas con el tiempo, tú mismo llegaste a la conclusión
que cansado de volar te querías sentar, pisar tierra firme y volver a
empezar. Decidiste huir, poner el cartel de “prohibido” a lo que tanto
dolió pero a lo que más te gustó. ¿Yo? Estuve tirada, desnuda, sin malta
alguna que pudiese darme un poco de calor para seguir con vida. Con la
vida en la cual yo estaba feliz, en la que las sonrisas sobraban y todo
mi ser se sentía lleno, querido e inclusive amado. Pero el tiempo jugó
en contra, las duras decisiones de la vida en la que no teníamos control
no ayudaron. ¿Culpas? Ni mía, ni tuya, ni de la vida, simplemente se
dio así y hay que afrontarlo tal como vino, de golpe y con prisa. Dicen
que si fácil viene, fácil se va. Ahora, aquí, en este instante te puedo
decir que todo eso quedó en un atrás, quedarán los recuerdos no te lo
niego, pero no pretendas que nada vuelva. Tú lo decidiste por .. ¿miedo?
Perfecto, yo decidí escalar la montaña para mirar desde arriba todos
los caminos que recorrí, todos los momentos que pasé junto a ti, tantos
los increíbles como los abandonados. Esta vez con una perspectiva
diferente te puedo decir que erré al igual que tú, que tuve que darme
cuenta antes que escalar era más divertido que esperar. Pero lo hecho,
hecho está, ahora sólo queda que yo tome el valor para decirle adiós a
esa perspectiva y siga caminando por lo alto,recorriendo mundo,
siguiendo el camino indicado, con tropiezos como todo el mundo,
creciendo como persona pero sin mirar atrás, sin mirar lo que fuimos y
nunca más pensar en lo que pudimos haber sido. Seguramente llegará el
día en el que nos veamos otra vez, porque el mundo es muy pequeño y el
destino muy caprichoso eso lo sabemos muy bien. ¿Recuerdas? El destino…
Ese que siempre dio señales para estar unidos, y hasta hoy en día sigue
dándolas, pero quién sabe puede ser que sean sencillamente porque
tenemos que saber vivir con esos detalles aunque duelan y den qué
pensar, tendremos que obviarlos, olvidarlos, lo dicho muy caprichoso.
Puede ser que no quiera nuestro bien, por ello mejor no fiarse y seguir
caminando por las montañas de la vida, todavía tenemos muchas que
recorrer, pero la suerte es que yo ya estoy arriba y tú aunque lejos
también. Por algo intuyo que volveremos a vernos, pero ¿sabes? Esta vez
dejame barajear a mi las cartas para que no hayan trucos, yo las
repartiré y créeme cuando te digo que el as de corazones no estará en tu
mano nunca más. El por qué lo tienes arriba, vuelve a leer si no te ha
quedado claro, tú decidiste por los dos y con todo el respeto y cariño
que te sigo teniendo te voy deciendo que te prepares para perder la
siguiente partida.
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